Tengo una o dos imágenes del ángel con vestido azul, que me impiden reconciliarme con esa idea de dormir plácidamente en un abrazo.
Mas bien, todo lo contrario: imagino un miedo compartido, una inquietud imprecisa, una tormenta, una furia animal.
Gracias por estos ojos abiertos, por esta sonrisa en la oscuridad.