El Gran Firewall de China es uno de los dispositivos más perversos del mundo digital. Eli Bravo lo describió hace tiempo en un artículo.
Todos los grandes jugadores de la Internet, persiguiendo la catarata de dólares que significa penetrar en el mercado más grande del mundo, han realizado todas las genuflexiones y pasado por todas las humillaciones posibles, incluyendo la autocensura, para estar de buenas con el gobierno chino, dejando solos a aquellos usuarios reaccionarios que se atreven a buscar información libre en la red.
Básicamente lo que hace el Gran Firewall es ‘olfatear’ palabras prohibidas en el tráfico de datos que entra y sale de China. Cuando detecta una palabra marcada, envía una señal de reset tanto al servidor como al explorador de internet en el computador de destino y ambos interpretan que es una genuina caída de conexión. El resultado es un típico ‘el sitio web www.AbajoHuJintao.com no puede ser encontrado’.
Pero como todas las herramientas de seguridad digitales, el Gran Firewall tiene sus días contados. Richard Clayton, un investigador de seguridad informática de Cambridge ha encontrado una manera de ‘ignorar’ las señales de reset del Firewall y por ende, acabar con la censura. Obviamente el trabajo debe hacerse en ambos extremos de la conexión, pero según él, el asunto es como suena: trivial.
Los sysadmins en Beijing deben estar trabajando 24/7. ¿Cuando aprenderán los regímenes totalitarios que la única forma de frenar la revolución digital y por ende, la democracia a toda costa, es cortando los cables?