Mi pana LG nos trae un relato espantoso. De la vida misma.
Hoy desperté con menos tensión en los músculos. Tuve que dormir poco más de doce horas continuas para que las imágenes insistentes se aplacaran, se alejaran lo suficiente para permitirme una oscuridad que me equilibrara. Conforme escribo esto, mi vista escapa una que otra vez hacia la cama, un fogonazo vertiginoso que comprime lo sucedido, pero estoy decidido a poner todo aquí, no quiero nada adentro, necesito vomitar la experiencia y el miedo y la locura
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Mi solidaridad con él y su familia.