En la madrugada del 28 de enero de 2011, los servicios de seguridad egipcios demostraron cómo los gobiernos totalitarios resuelven las fugas por Internet: cortando los cables.
Este no fue el primer caso, la Junta de Burma hizo lo mismo en 2007 y el rey de Nepal en 2005.
Lo más significativo es que Egipto tiene una de las infraestructuras de internet más desarrolladas de África y del Medio Oriente. Probablemente más sofisticada que la de muchos países de América Latina.
Pero una llamada del Hombre Que Manda™ bastó para romper legalmente con todas las posibilidades de hacer ciberactivismo.
O como dijo Vicente en estos días: «No ISP, no Tor, baby.»
(refiriéndose a las técnicas para evadir la censura en internet de las que escribí en este artículo)
Los principales proveedores de internet de Egipto fueron obligados a apagar sus DNS y hacer cambios en su Border Gateway Protocol, bloqueando y dejando «ciegos» a todos sus usuarios, sin interrumpir el resto de las conexiones que pasaban por Egipto hacia otros países.
Muy inteligente. Esa es la manera «correcta» de hacerlo: sólo perjudicas a quienes te interesa perjudicar.
Ya que el tema está de moda y todos los fascistas se parecen, un grupo bipartisano de congresistas en Estados Unidos volverá a someter a discusión una ley que le permitiría al gobierno apagar todas las comunicaciones por internet en caso de una «ciber emergencia».
Si me preguntan, esto es exactamente lo que va a pasar sí y cuando Chávez abandone el poder en Venezuela.