Paseando por el Caracas Hilton durante el Foro Social Mundial sentí que, más allá de la sorpresa de ver a tanta gente aglomerada alrededor de esta manifestación demencial de incongruencias, me daba como lástima ¿lástima será la palabra?, no, quizás era cierta condescendencia para con los asistentes; como quien ve a un muchacho idealista de dieciséis años a sabiendas de que cuando crezca el mundo le enseñará a coñazos la realidad.
Contra el imperialismo y la guerra
Cuando Venezuela vende petróleo, potencia las máquinas que son usadas para asesinar civiles en Irak. Eso lo adivina hasta el más tarado. Lo que no es tan obvio es lo siguiente: es práctica común de todos los bancos centrales invertir las reservas en los instrumentos más estables del mundo. Por un asunto que los asistentes al foro quizás nunca entenderán, los instrumentos más estables del mundo son los bonos del tesoro norteamericano, que a la final son utilizados para financiar la guerra.
Esto quiere decir que cada vez que incrementamos nuestras reservas, de la manera que sea, estamos dándole nuestro más efusivo apoyo a las políticas norteamericanas. Seguro, la solución a este mecanismo perverso es sacar las reservas de esos bancos imperialistas ¡Excelente idea!. Así que supongamos que retiráramos nuestras reservas y las colocáramos en… no se… ¿Francia? ¿China? ¿El Banco Agrario de Bolivia? Adivine usted, brillante compatriota, dónde invertirían nuestras reservas estos nuevos depositarios.
La solución, si de verdad quieren una, mes amis révolutionnaires, es eliminar a todos los estados del mundo y destruir todo rastro de los sistemas de producción industrial. El resto es analfabetismo ideológico como dice el título, paja mental como dicen en mi casa, mindfucking como dice un primo mío.
Pero lo que importa es la gente (si, esa que paga los 9 millones de dólares)
Tal como apunta E., es grave que uno sienta condescendencia, no porque en sí es un acto de soberbia, sino porque las cosas están muy mal. No hay nada de qué reírse ni hay nada que celebrar en Venezuela. Más allá de lo cruel que pueda ser engañar a millones de personas con la eterna promesa de una solución definitiva, hay gente que se está muriendo de hambre en la espera y, peor aún, mientras escribí este post, una persona murió asesinada en Caracas. Cosa que seguramente no sucedió en Nueva York, ni en Boston, ni en La Habana, ni en Paris, ni en Irak.