En Mayo de 1962, Malcom Scott Carpenter se convirtió en el segundo norteamericano en orbitar la tierra. En la víspera de su viaje, su padre le escribió una carta:
(…) me atrevo a predecir que luego de que todos los hurras hallan sido dichos y el clamor público sea sólo una memoria, derivarás la mayor satisfacción del sereno conocimiento de que has descubierto nuevas verdades. Podrás decirte a ti mismo: esto vi, esto experimenté, esto es lo que conozco como la verdad. Esta experiencia es una cosa preciosa; es conocida por todos los investigadores, en cualquier campo, que se han aventurado en lo desconocido y han descubierto nuevas verdades.(…)
Una carta hermosa, conmovedora por su sencillez y sabiduría, que resume lo que deberíamos aspirar: descubrir nuevas verdades, o tener la oportunidad de poder escribir una carta como esta.
Vía Letters of Note