Era una sensación fantástica. No sólo ahora tenía un pasaporte Americano y otro Europeo, es decir podía tener cualquier novia rusa en el catálogo, pero también significaba que este tonto pero profundamente amado país había llegado definitivamente, llegado para quedarse. Se convertiría en un país Europeo normal de segunda categoría, asediado por fastidiosos mochileros y completamente común y corriente. Eso podría no sonar como un sueño nacional, pero para Polonia es la culminación de doscientos años de amargas luchas.
También: cosas que la Unión Europea necesita además de amor (extracto):
- Comida mexicana decente.
- Algún grado de poder soberano.
- Tiendas de 24 horas.
- Trabajos.
- Una política de inmigración cuerda.
- Deportación de todos los concursantes de Eurovisión a bares de karaoke en Asia Central.
- Menos impuestos.
- Portaaviones.
- Aire acondicionado.
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