Extraño decir una frase que contenga un guiño a un tema de salsa, hablar sobre salsa o incorporar su léxico a la cotidianidad. Extraño incluso esas breves conversaciones sobre reggaeton.
Por ejemplo, hoy mientras escuchaba Señora de Roberto Blades –»Señora, no se piense retirar, Señora, eres joven para amar», pensaba en como ese tuteo, esa breve suspensión de la formalidad usada puramente por motivos prácticos, coloca al tema en el terreno de la incorrección sintáctica y, por lo tanto, de la peligrosidad.
Es muy malandro, pues. Y no es como que te puedo llegar a la oficina y comentarle eso a un inglés, un suizo o a un marroquí. Ni siquiera a un español.