Hace poco, Tim Urban, de Wait But Why, hizo una serie de posts sobre Elon Musk y sus dos empresas más conocidas. El artículo sobre Tesla es singularmente bueno, porque explica pornográficamente hasta el último detalle y también nos ofrece pistas sobre cómo escribe sus posts:
The way I approach a post like that is I’ll start with the surface of the topic and ask myself what I don’t fully get—I look for those foggy spots in the story where when someone mentions it or it comes up in an article I’m reading, my mind kind of glazes over with a combination of “ugh it’s that icky term again nah go away” and “ew the adults are saying that adult thing again and I’m seven so I don’t actually understand what they’re talking about.” Then I’ll get reading about those foggy spots—but as I clear away fog from the surface, I often find more fog underneath. So then I research that new fog, and again, often come across other fog even further down. My perfectionism kicks in and I end up refusing to stop going down the rabbit hole until I hit the floor.
(…)
Hitting the floor is a great feeling and makes me realize that the adults weren’t actually saying anything that complicated or icky after all. And when I come across that topic again, it’s fun now, because I get it and I can nod with a serious face on and be like, “Yes, interest rates are problematic” like a real person.
Si eres un nerd, te parecerá normal. O quizás no, porque sabes —y te duele— que casi todo lo que lees se queda en los detalles superficiales. Así que posts como estos son un regalo.
Curiosamente, unos cuantos párrafos más adelante, cuando habla del entorno político norteamericano, parece traicionar a su propio método:
I think both parties have good points, both also have a bunch of dumb people saying dumb things, and I want nothing to do with it. So I approached this post—like I try to with every post—from a standpoint of rationality.
Cosa que no es cierta, porque la derecha norteamericana está secuestrada por partisanos anti-científicos. Hacer concesiones de este tipo es uno de los errores más comunes que comete la gente inteligente y, a la vez, el caballo de Troya que usan los líderes de las hordas salvajes que destruyen a la sociedad.
…
Um… volviendo al post, si te gusta The Oatmeal, Mythbusters, o The Martian, este es tu post. Es un fucking libro. Para hablar de vehículos eléctricos comienza por el único lugar por donde se debe comenzar: la fotosíntesis. Vale decir que deja pocas cosas a oscuras y pocas piedras por voltear.
(aunque omite la explicación de cómo funciona una batería. Pero por otro lado, si eres el público de este post, sabes como funciona una batería)
Luego de invertir una tarde leyendo este monstruo, volví a obsesionarme con los vehículos eléctricos (¡me creía curado!). Tengo la idea fija de que en caso de que siga manejando a finales de esta década, será un eléctrico —nótese el «siga manejando», porque es posible que en 2020 una máquina maneje por mi.
La última vez que miré la oferta fue a comienzos de 2014 y parece que el panorama no ha cambiado mucho. Si perteneces al 99%, los modelos de Tesla, BMW, Mercedes y Volkswagen están fuera de tu alcance. Renault, Nissan y Citroen siguen cobrando alquiler por sus baterías según el número de kilómetros que manejas, algo que me parece súper loco. Además de salvar al planeta, liberar a los súbditos de los emperadorcillos del petróleo y bla bla; la idea fundamental de un vehículo eléctrico es que pagas más, porque su uso mensual será más económico que sus contrapartes convencionales. Considerando mi uso, el alquiler mensual de una batería del Renault Zoe costaría más de lo que gasto en gasolina al mes. Absurdo.
Gracias al canal de YouTube Fully Charged me enteré de que puedes comprar un Kia Soul sin alquilar su batería. 200Km de autonomía, €35K y bastante espacio. El gobierno francés te descuenta hasta €10.000 si compras uno. Viva el socialismo.
Pero mi gran expectativa es el vehículo masificado de Tesla. Si logran lo que se proponen —duplicar la cantidad de baterías que se fabrican en el mundo (lee eso otra vez) y construir un carro eléctrico de €30K—, las cosas se pondrán interesantes.
Elon Musk me sigue pareciendo el supervillano perfecto. Es una fortuna ser testigo de ese portento que es un multimillonario echando baldes de dinero para destruir a las petroleras y quebrar a la industria automotriz. El futuro es mejor y mucho más interesante si un nerd con sed de venganza será quien decida cómo nos transportaremos.