Todo autor de ciencia ficción que se respete termina buscando inútilmente a Dios.
… o todo ateo con iniciativa termina pidiendo perdón.
R. Crumb ilustró en el ’86 un episodio no tan conocido de la vida de uno de los autores más importantes del s.XX. Quizás uno de los pocos escritores que de verdad nos impulsaron hacia adelante. Luego de este episodio, un claro turning point, PKD cambió su temática, quizás inclusive se volvió más lúcido, antes de marchitarse rápidamente.
Dependiendo de tu nivel gnóstico, el relato va de entretenido a espeluznante.