Dave Longstreth, mastermind de Dirty Projectors, es uno de los compositores más versátiles del rock indie. Esa clase de gente que puede –por ejemplo– embarcarse en la tarea de recrear Damaged, de Black Flag, usando sólo la memoria como referencia (Rise Above, disco anterior, fue exactamente eso).
Con suficientes polifonías, suficientes ideas para tres álbumes, Bitte Orca, más que un disco, es un ensayo de ciencias, una tesis artística. Prestar atención a lo que ocurre en esos 40 minutos es trabajo para una tarde. Lo más asombroso es que a pesar de toda su densidad, Bitte Orca es sumamente liviano y digerible.
Cannibal Resource es un abridor de estadio en el que Longstreth usa a sus compañeros como instrumentos vocales y establece el sonido del álbum: una combinación del math-rock de Battles y la exuberancia pop de of Montreal… con un toque de R&B.
En el segundo track, en las polifonías y los cambios de tempo de Temecula Sunrise, es donde los Dirty Projectors muestran todos sus poderes. De allí en adelante, no sorprende que Stillness is the move comience con la flauta de un encantador de serpientes pasada por sintetizadores, para transformarse en un tema de R&B sacado de un disco de Nelly Furtado; o que Useful Chamber sea un prodigio estratificado que elabora sobre si mismo hasta explotar, desde la balada hasta el ruido, desde una evocación de amor hasta la incongruente frase que le da nombre al disco.
Siempre es una fortuna encontrarse con una banda que no suena como ninguna otra. Pero lo es más cuando el producto final está tan lleno de minúsculos detalles, de segundos memorables, como lo está Bitte Orca.
Temecula Sunrise (download)
Useful Chamber (download)