Estaba yo en riesgo del fuego eterno del calentamiento global y ella se ofrecía a redimirme. Por mi parte me mostré interesado en que fuéramos a mi casa. El pretexto fue que necesitaba que me enseñara qué podía hacer para ayudar al planeta a mantenerse frío en Rusia y tropical en Brasil desde mi humilde casa. Como siempre. A que fuéramos lo que siempre hemos sido: un planeta caliente en el medio. Se lo dije así pero no entendió el doble sentido.