Suzanne Vega ha hecho algo que no se estila: veinte años después de su mayor hit, ha construido un álbum perfecto. El tipo de cosas que sólo Dylan sabe hacer. Beauty & Crime es el resultado de unos seis años en los que Vega perdió lo que le quedaba de fama, su disquera, su marido y su hermano, a quien dedica este disco.
Musicalmente, parece más un disco de Madonna circa 1998 que uno de una cantante folk: una capa de cuerdas que resaltan su voz ligeramente ronca, colocada sobre baterías electrónicas.
Líricamente, es una maravilla: una canción a Nueva York y sus pequeñas historias, Edith Wharton y la cirujía plástica, la calle donde su hermano se emborrachó hasta la muerte, el sueño de un pornógrafo y, por supuesto, la brisa en el aniversario del 9/11. Cada track de Beauty & Crime es una joya.
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Rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars es universalmente reconocido como un palo, uno de los mejores discos jamás grabados, el modelo de un álbum conceptual. En la edición especial que salió cuando todos los que nacieron en el 72 cumplieron 30 años, hay una mezcla nueva de Moonage Daydream que debe ser colocada a la derecha del padre.
(Y ya que estamos en el tema, creo que el evangelio según Ziggy Stardust debería ser parte del curriculum escolar… en serio)
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Super Taranta!, de Gogol Bordello, es el nuevo disco para matarse en la autopista. Esta gente se juntó en ese planeta que es el Lower East Side y hace el mejor Gipsy Rock desde No Smoking Orchestra. La razón es obvia: sus integrantes vienen de todas partes de Europa oriental y trajeron consigo lo que les cupo en la maleta: un sonido que es, para teorizar un poco, fiddle con punk, cocinado en energía pura y montado como una joda que en realidad no lo es. Super Taranta! sorprende a veces (como en los riffs del tema homónimo) y supera con creces al disco anterior.
Anotado como el único concierto que quiero ver.
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El math-rock no es para todo el mundo. Pero si uno se lo traga, Mirrored, de Battles, es el disco para escuchar en estos meses. Es tan ingenioso que apenas se les nota lo nerd.
Atlas, el primer (y quizás, por lo intrincado del disco, único) sencillo es bastante asequible y una muestra bastante fiel de lo que se trata Battles: Link.
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Billy Corgan revive un fantasma para un disco de un solo tono. Si bien el ‘sonido Corgan’ está intacto y es un buen álbum de rock -y no rock de viejos, como los rollings o U2, sino rock de ese con la batería en el centro- Corgan parece olvidar que llegó a donde llegó no por reventar amplificadores en los estadios, sino por chillar a través de la nariz en baladas perfectas (Today, Tonight, Tonight, 1979). Pareciera que alguien le dijo viejo y el tipo decidió vengarse con un saco e’piedras. Zeitgeist es un disco duro con buenos momentos (Tarantula, Doomsday Clock, Neverlost), pero hasta ahí.
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Something to rembember
¿Recuerdas Crash? (esa Crash, no la otra tontería), la mano que mece la cuna, aquella peli donde el tipo se desmiembra voluntariamente, ¿Te acuerdas? Con D, echados en la cama. Vimos With Honors y yo te leí a Whitman de un libro que después la biblioteca perdió.
Cuando íbamos al café (¿te acuerdas? Descubrimos El Café), tú me hacías escuchar Madonna, que pronunciabas con ese ‘estuve un año fuera’ –Maddanna– y yo pensaba que era una total frivolidad escuchar Madonna. You’ll see, decías -o repetías-. Me tomó mucho tiempo entenderlo. Resulta que había que tener más de treinta o ser mujer. ¿Cómo podía saberlo?.
Never got to sing my songs for you, formabas con tus labios, mientras yo cuidaba fiestas en las que una interesante porción de las mujeres más hermosas de Caracas se emborrachaban por hombres que nunca las trataron bien. Era el velador del vómito, principalmente porque las amaba, a ti, a D, a tu prima, a M,L,G y M otra vez. Un amor trascendental, como el de quien ama universalmente a todas las criaturas de Dios.
¡Horóscopos! Le gritábamos horóscopos a la luna. Nunca nos regaló un presagio.
Y esa es sólo una fracción de las cosas que uno recuerda claramente como si hubiesen sucedido en otra vida. Grabadas para siempre en ese casete transparente. Es que era distinto, ¿Te acuerdas? Venezuela era un país al norte de otro planeta. Ahora de todo eso queda, si acaso y por supuesto, Maddanna, quedan las historias de cama, la naturaleza humana y un secreto. Take a Bow, querida, ya vi, ya entendí.