OSI 74 es un canal de televisión por streaming y un ejemplo práctico de long tail media: se apropia de la estética de la TV de viernes a medianoche y construye desde allí: monster-mashes, cine de culto de los años 50s, soft-porn/cuasi-snuff de los 70s y películas de ciencia ficción comentadas como en Mystery Science Theater 3000, todo eso aderezado con pautas comerciales inspiradas en Ed Wood.
(no, en serio, tienes que ver las pautas comerciales. No queda claro si es verdad, mentira, si es una broma irónica o alguien de verdad está pagando por esa publicidad, WTF?)
Anoche, al llegar a casa, iba a escribir algo sobre lo loco que es que, luego de todas las vueltas que he dado, haya caído en un país que también celebra el día patriótico en julio, como en Venezuela, y con fuegos artificiales, como en EEUU, y sobre cómo eso me lleva a mi niñez, y es todo un regalo.
También es un regalo tener amigos y vecinos, ser invitado a una parrilla y que me dejen cocinar, mirar hacia la Jura, encendida por el atardecer, mirar a mi esposa y a mi hija, siendo cada una hermosa a su manera y juntas. Tener amigos y vecinos que están siempre dispuestos a abrir la próxima botella. Una suerte cuya única mácula es la breve explicación que debo dar cuando se interesan por el lugar de donde vengo. Ese lugar que también celebra en julio su fecha patria, pero tiene mucho que aprender sobre cómo ser una nación.
Iba a escribir algo también sobre lo agradecido que estoy con esta, que ahora es mi patria también.
Luego entré en twitter, algo que nunca debe hacerse a medianoche, y bueno, qué arrechera… y qué miedo, porque este horror es muy cercano. Puedo conectarme perfectamente con lo que Damien Allemand cuenta aquí:
Je n’y suis resté que quelques minutes mais qui m’ont paru une éternité. “Mettez vous à l’abri.” “Ne restez pas là”: “Où est mon fils? Où est mon fils?
Por otro lado, me queda el ¿consuelo? de que anoche, antes de que ocurriera el ataque en Niza, estaba ejerciendo una protesta activa. Probablemente mientras la coalición bombardeaba a ISIS, yo hacía tres cosas que me encantan y tres cosas que aquellos que buscan destruir mi civilización no quieren que haga: beber, cuidar brasas, y no pensar en política. Un método de supervivencia que aprendí en Venezuela, bajo la tutela de Héctor Torres. Esos momentos en los que deliberadamente ignoramos al mal, en los que no nos conectamos con el odio, en los que somos activamente ciudadanos libres, constituyen nuestra protesta y nuestra venganza.
Esta es una de las historias más duras que he leído en mucho tiempo:
Then I broached the subject with my boyfriend: I wanted to have sex before the end of summer. “I don’t want you to stop even if I look like it’s hurting me,” I told him. He grimaced, but I repeated the statement again and then again. His quiet acquiescence was disarming, so I gripped his wrists tightly and stared at him directly. “I need you to do this for me,” I told him.
La razón de porqué Mariya Karimjee prácticamente conminó a su novio a tener sexo, a sabiendas de que sería una experiencia horrible, se irá desvelando en el texto.
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