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What is code? | Paul Ford

code

Paul Ford se lanzó una bestialidad de artículo en el que intenta explicar qué es programar y cómo funcionamos los programadores:

As a class, programmers are easily bored, love novelty, and are obsessed with various forms of productivity enhancement. God help you if you’re ever caught in the middle of a conversation about nutrition; standing desks; the best keyboards; the optimal screen position and distance; whether to use a plain text editor or a large, complex development environment; chair placement; the best music to code to; the best headphones; whether headphone amplifiers actually enhance listening; whether open-plan offices are better than individual or shared offices; the best bug-tracking software; the best programming methodology; the right way to indent code and the proper placement of semicolons; or, of course, which language is better. And whatever you do, never, ever ask a developer about productivity software.

Esto es totalmente cierto (no me preguntes acerca de listas de to-do a menos que quieras perder media hora). El artículo desnuda la realidad a través de la comedia y es bastante riguroso, un trabajo de ingeniería de texto que es un ejemplo de lo que trata de ilustrar.

Mientras lo leía, tuve una cálida y desagradable sensación de familiaridad. Detesto como pensamos los ingenieros. Lo único peor que el pensamiento de ingeniero es el falso pensamiento de ingeniero, el articulado por posers que quieren ser computer nerds a toda costa. Todos los ingenieros reconocemos a los posers de inmediato, podemos olerlos. Pero no decimos nada porque tenemos un inmenso complejo de impostor. El Síndrome del Impostor es un requerimiento indispensable para programar. Pensamos que desvelar al otro puede dejarnos en evidencia. Además, karma.

Esta reflexión al final me encantó porque desarrolla algo que nunca he podido expresar y el software fue exactamente el mismo:

Aside from serious fevers and the occasional trip to the woods, I’ve used a computer every day for 28 years. I learn about the world through software. I learned about publishing by using the desktop publishing system QuarkXPress, and I learned about color and art by using a program called Deluxe Paint. Software taught me math and basic statistics. It taught me how to calculate great circle distance, estimating the distance between two points on a globe. I learned about the Internet by creating Web pages, and I learned about music through MIDI. And most of all, software taught me about software.

Lee What is Code aquí.

crack, hacking

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Vincent D’Onofrio es un buen Kingpin

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Daredevil funciona porque el larguísimo —multi-episódico– preámbulo a la presentación del villano, rinde sus frutos. El Kingpin de Vincent D’Onofrio es un casting perfecto. Humano, despiadado y coherente. Es la única razón de porqué comencé a ver la serie. Me enganché por esos momentos en los que te convencen de que el Kingpin es un incomprendido; y por lo que logra Rosario Dawson en pantalla. D’Onofrio y Dawson sostienen a esa serie, confirmando la regla de que sin un escudero vulnerable y un villano carismático, no hay historia de superhéroe.

https://youtu.be/Ukn-IvXHiCw

 

comics, crack

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Mi 2015 en música — 1 de 2

Enero

bassshapes
Bass Shapes es una visualización interactiva «estimulada por audio». La bajas y le pones música a ver qué pasa.

Oí una larga recomendación de Why Can’t We Live Together, de Timmy Thomas. Nunca me había dado cuenta de que toda la canción es él solo con un generador de ritmo. Este tema viene de un tiempo en el que podías escribir e interpretar un hit con un organito. El vídeo es puro 70s:

John me pasó el disco de Sia, de quien no me enteré en 2014 (no se cómo). El video con Shia LaBeouf y Maddie Ziegler es bueno, pero cuando recordé que el tipo no se bañó en un mes, me dio asco.

El articulo de Wikipedia de We didn’t start the fire es una madriguera muy profunda. Abandona toda esperanza, tú que entras aquí.

El soundtrack de The Guest fue una verdadera sorpresa. Un baúl de tesoros de los 80s que no conocía. De allí, mi principal descubrimiento fue Alles Ist Gut, de D.A.F:

Uptown funk es un gran tema

YKMN, de Antipods

Volumen Dos, de Monsalve y Los Forajidos me hace pensar en el Jazz Latino que me acompañó durante toda la universidad. Un poco de Irakere, Amereida y Milton Cardona. Cuando oigo Abeja Sobre El Autana pienso en Fela, con Black & Decker pienso en Bacalao Men. Son una versión un poco más roquera y más loca de todo eso. El resultado de la fusión de KRé y Cunagüaro Soul. Volumen Dos es un disco excelente y una verdadera sorpresa.

La Carcajá:

Orlando me pasó este video de Criolo

Born to be wild en Mariachi.

—Es puro condicionamiento clásico… y funciona —me dijo Pedro, al recomendarme que le pusiera música a la panza de Mónica. Lo había leído, y había visto como unos amigos lo hicieron con lounge —su hijo de dos años deja lo que esté haciendo y comienza a cabecear siguiendo el ritmo.

En un intento de anticiparnos a muchos desvelos tratando de dormir a una niñita, veníamos aplicando lo que terminamos llamando «el tratamiento»: el mismo grupo de piezas de música clásica todas las noches, con audífonos, en la parte baja del vientre. Elegí piezas que no me volvería loco de tanto repetir y que tuviesen distintos tempos. Terminé haciendo —por supuesto— un mixtape. Abre con el Concierto de Brandenburgo No.4 en Sol Mayor y va desovillándose hasta Para Elisa que, incidentalmente, es la primera melodía de la que tengo memoria.

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