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Paulo Coelho es mejor escritor que tú | John Manuel Silva

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A propósito de esta «noticia» sobre la película en la que colaborarían Paulo Coelho y Ricardo Arjona, John Manuel escribió un post sobre la gente que odia a los productos culturales masivos.

Hay algo muy cómico en todo este sentido de la superioridad intelectual que invade las redes sociales. Si los adolescentes viven en las redes presumiendo sus modas y tratando de parecer cool, los adultos andan en las redes presumiendo un intelecto superior, una cultura exquisita.

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Ahora bien, ¿son sus odiadores personas tan inteligentes como presumen? Yo diría que no. Porque si la gente leyera tanto como presumen en redes sociales, viviríamos en algo muy parecido a la Antigua Grecia. Y, bueno, ese no es el caso. Y es de eso de lo que quiero hablar en este post.

Ese post es un hermano espiritual de este otro post que escribí aquí sobre los malos escritores que venden más que tú.

Ese post de John Manuel genera un acto reflejo por parte de la gente que cree que no hay que criticar si no produces. «Hay que criticar menos y producir más».

Y no.

Yo creo que hay que producir más y criticar más (de manera pública o privada, como te sientas mejor). A menos que nunca quieras mejorar, en cuyo caso produce menos, critica menos y sé feliz.

Yo me leí tres libros de Coelho y dejé de leerlo porque me pareció que se repetía, pero nunca me pareció malo, malo, digamos… Arjona malo ;)

Para mi el tipo sabe conectar palabras y transmitir ideas mejor que casi la totalidad de los escritores. La prueba es que Coelho vende en más idiomas que cualquiera. Filosofía de supermercado o no, él sabe conectar con los sueños y angustias de un montón de gente.

Por supuesto el éxito editorial no es una medida de la calidad de los escritores. Sin embargo el intangible que importa es que el tipo consiguió la fórmula dentro de su «arte» para poder vivir a orillas del lago Léman haciendo lo que le gusta. Algo que ni tú ni yo ni nadie que hayas conocido o leído, salvo Borges o Nabokov, ha logrado.

(para mejorar este argumento, debería haber un página de Wikipedia de escritores que viven o vivieron al borde de lagos suizos)

Para vivir donde vive Coelho necesitas una serie de habilidades concretas que están relacionadas con escribir y mercadearse como escritor. La razón de porqué no estás leyendo desde tu propia isla en las Bahamas, es porque no tienes esas habilidades… todavía.

El éxito crítico es fantástico también y es la aspiración obvia de todo escritor. Pero para mi tiene muchísimo más mérito crear una cápsula de bienestar haciendo algo con lo que estás contento y no es patentemente malo para la mayoría.

(¿viste como la autoayuda te jode el cerebro?)

Esto, por supuesto, es una opinión que no espero que nadie en su sano juicio comparta porque nos condenaría a una eterna avalancha de literatura mediocre. Así que por el bien de la humanidad, sigan apilándose encima de Coelho y Arjona.

Contando quién soy antes de olvidarlo | Gerda Saunders

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Gerda Saunders escribe este ensayo sobre su descenso a la demencia producto de una enfermedad microvascular, el diario que lleva para acompañarse y cómo descubre de la manera más íntima la enfermedad que afectó a su madre.

Damn, you missed a mileage board! You fix your gaze on the tarmac, proceed with gingerly premeditated glances to the side. Suddenly you realize that you have forgotten the number you are supposed to be looking out for. You probe the passenger seat for the instructions, bring the paper level with the top of the steering wheel, snag the number, repeat like a mantra. YES! Only three exits to go. This place has only three exits, sir: Madness, and Death.* As for me and my house, we shall shop. Ah, those red bed lamps you found when Marissa came back from South Africa.

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At La Frontera I was unable to interpret the beer stein the server put before me. I knew it was a beer stein, but couldn’t absorb the fact that it was upside-down. I saw it as right-side-up with a tight-fitting glass lid, which I tried to take off. I asked Peter how to get it off, and he turned the glass around. Then I understood. We were with friends.

Siempre le he tenido miedo a la mutilación. Es mi mayor miedo. Esta es otra variante de la mutilación y una de las formas del horror. ¿Qué pasa cuando los avances en la medicina hacen que el resto del cuerpo supere la fecha de caducidad de nuestro cerebro?

Sigue leyendo My Dementia. Telling who I am before I forget. Si puedes…

Alma Llanera

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Hace años, cuando estaba seguro de que nunca emigraría, imaginaba que una de las cosas que me causarían dolor en el exilio serían las primeras notas de De Conde a Principal, ese clásico soundtrack de Caracas. Pensaba que al escucharla, se me vendría encima el guayabo más duro, ese que cae cuando recuerdas a los muertos de un lugar que ya no existe.

Y no.

Poco tiempo después de emigrar, Mónica puso a prueba mi teoría y descubrimos que la única canción con la que se me nublan los ojos es con el Alma Llanera. Eso sí, sólo cuando presto atención a la letra.

Que se me agüe el guarapo con el Alma Llanera es un cliché que detesto, no solo porque me gustaría que fuese un tema más hip, sino porque –como todos los clichés que me componen– no tengo control sobre él.

No me pasa lo mismo con la Venezuela de Herrero y Armentero –por nombrar otro cliché– y pienso que es porque mientras que De Conde a Principal y Venezuela hablan de lugares, el Alma Llanera trata la identidad. No importa donde viva, no importan los años, seguiré proviniendo de esa orilla, seguiré siendo el hermano perdido y esa tonalidad particular que logra la brisa entre los árboles, seguirá recordándome el sueño inocente de la infancia.