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Caracas, extraña

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Nelson me pregunta si recuerdo la vez que caminamos desde Plaza Venezuela a Bello Campo, hace más o menos 20 años. Sí, recuerdo algo. Pero tuve que buscar dónde queda Bello Campo.

Eso me pasa desde hace unos meses. Se me olvidan los nombres de las urbanizaciones de Caracas. Los únicos nombres que recuerdo son los de mi infancia, por razones obvias. Cuando leo las noticias, cuando me hablan de alguna parte de mi ciudad, debo buscarla en Google Maps y sorprenderme por enésima vez de no recordar dónde queda.

A veces cuando rememoro en voz alta me aventuro a usar el nombre de una urbanización y siento que las palabras son producto de una combinación azarosa en mi cabeza. ¿La Florida o La Floresta? ¿Ambas existen? ¿Valle Abajo? ¿Campo Claro? ¿Bellavista? ¿Alta Vista? ¿Esas palabras van juntas? ¿Sabes como cuando dices algo antes de pensar y luego dudas y te retractas? ¿Sabes cuando saludas a alguien de pasada y minutos después te preguntas si usaste el nombre correcto? Eso es lo que sucede cuando intento contar una anécdota. Comienzo a hablar y a medio camino descubro que me faltan asideros. Las historias de mi vida están truncadas porque no recuerdo el nombre del lugar en el que ocurren.

Esos nombres que creí tatuados en la memoria me resultan ahora exóticos y dudosamente familiares. La ciudad, mi ciudad-familia, se aleja. Mónica dice que es una señal de que me fui. ¿Es falta de uso? ¿Parte de un olvido forzado? Hay un microcuento de un escritor mexicano, Luis Felipe Lomelí, que tengo presente desde que comencé a perder país:

El Emigrante
-¿Olvida usted algo?
-¡Ojalá!

Es eso. Emigrar, o al menos emigrar sanamente, es olvidar. Es un ensayo de memoria finita. Suplantar querencias. Es encontrar un cassette un domingo por la mañana, rebobinarlo y descubrir que en lugar de tu canción favorita, hay solo silencio.

16-bit Intel 8088 chip | Charles Bukowski / Jan Dybala

Texto completo:

16-bit Intel 8088 chip

with an Apple Macintosh
you can’t run Radio Shack programs
in its disc drive.
nor can a Commodore 64
drive read a file
you have created on an
IBM Personal Computer.
both Kaypro and Osborne computers use
the CP/M operating system
but can’t read each other’s
handwriting
for they format (write
on) discs in different
ways.
the Tandy 2000 runs MS-DOS but
can’t use most programs produced for
the IBM Personal Computer
unless certain
bits and bytes are
altered
but the wind still blows over
Savannah
and in the Spring
the turkey buzzard struts and
flounces before his
hens.
— Charles Bukowski

Me invitaron a hablar en rueda libre

Ruedalibre

Adriana y Gina me invitaron a su podcast con motivo de los quince años de panfletonegro. Afortunadamente no hicimos una entrevista formal, sino que hablamos tonterías sobre política venezolana, emigración, música, cine y publicar en la web.

Estas fueron algunas de las cosas de las que hablamos:

Sobre el 23 de Enero
La Matrix – Historia relatada por un ex-chavista
Castigado por protestar – reporte de Human Rights Watch sobre la violación sistemática de derechos humanos durante las protestas de Febrero y Marzo de 2014 en Venezuela.
El largo brazo del totalitarismo
loquesea.com
Número aniversario de panfletonegro sobre el 11 de Abril
Disco//Very
La vida de Adele
Pelo Malo
El subsidio de la gasolina
Predicado.com
Reporte Semanal, con El Profesor Briceño
Conspiración con el Doodle de Google en La Iguana TV
Everyone in this room is now dumber – Billy Madison
St. Lo – Flight & Fantasy